Cabo Cervera



Al golpe de la ola contra la piedra indócil
la claridad estalla y establece su rosa
y el círculo del mar se reduce a un racimo,
a una sola gota de sal azul que cae.

Oh radiante magnolia desatada en la espuma,
magnética viajera cuya muerte florece
y eternamente vuelve a ser y a no ser nada:
sal rota, deslumbrante movimiento marino.

Juntos tú y yo, amor mío, sellamos el silencio,
mientras destruye el mar sus constantes estatuas
y derrumba sus torres de arrebato y blancura,

porque en la trama de estos tejidos invisibles
del agua desbocada, de la incesante arena,
sostenemos la única y acosada ternura.


Pablo Neruda. Soneto IX.
















1 comentario:

  1. Hola Lourdes, no se como he llegado hasta aquí de modo que ignoro a quien tenemos que agradecérselo. Estuve visitando tu trabajo y he llegado a dos conclusiones: La primera es una constante en los últimos tiempos; cuanto mejor es un blog menos comentarios tiene, y esto es algo que me fastidía por no decir que me irrita pues entiendo que las gentes andas enredadas en esa tonteria de "la cosa social".

    La segunda es mas personal pero creo que la mujer tiene una sensibilidad especial que la hace estar especialmente dotada para, -en general todas las cosas-, y en particula para la fotografía.

    Saludos desde Madrid

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