Son las 7 de la mañana de un
día de finales de agosto, hay una ligera capa de niebla y de humedad en el
ambiente porque es la temporada de lluvias y cada tarde-noche cae una lluvia
monótona que riega los campos y convierte estas montañas, secas en otras épocas
del año, en un vergel de exuberante vegetación.
Son solamente las 7 de la mañana, los cantos ortodoxos se oyen a través de las
montañas en las que se asienta Lalibela y la gente ataviada con sus tradicionales túnicas blancas comienza a acudir a rezar.
La iglesia es Bete Giorgis o de San Jorge, la más conocida de las once iglesias
excavadas en la piedra de la montaña de Lalibela, que son patrimonio de la
humanidad desde 1978.
Unas escaleras conducen abajo y permiten acceder al
interior del templo. La gente empieza a llegar y va rodeando el templo sin descender. La estampa se va llenando de gente y de luz a medida que se asienta la mañana y
los cánticos y rezos se suceden en la paz de esas montañas.
Son momentos de una
belleza indescriptible que ninguna imagen podría captar completamente.
Do not use these photos without my permission.
No hay comentarios:
Publicar un comentario